Imagina recargar tu vehículo eléctrico sin un solo cable, simplemente aparcando. Ese es el futuro de la carga por inducción, una solución innovadora que simplifica la vida de los conductores y ofrece una flexibilidad sin precedentes. Se acabaron los enchufes bajo la lluvia o con frío: la recarga se convierte en un proceso sencillo, intuitivo y constante.
Ventajas de la carga inductiva para los consumidores
Cargar un vehículo eléctrico en casa suele depender de la instalación eléctrica de la vivienda. Con una toma estándar de 230 V, la potencia suele estar limitada, a menudo a unos 7 kW. Para un vehículo con una batería de 50 kWh, una carga completa puede tardar unas 7 horas.
Con la carga por inducción, esta limitación de tiempo se transforma. Tu vehículo se recarga automática y frecuentemente siempre que está aparcado. Este modo de funcionamiento de “microcarga” te permite mantener un nivel óptimo de batería en todo momento, sin ningún esfuerzo. Ya no tienes que preocuparte de planificar una larga sesión de recarga, porque tu coche siempre está listo para funcionar.